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Fotógrafo con trípode junto a un estanque con fuente, rodeado de palmeras altas y luminarias encendidas; cielo nocturno, toma a ras de suelo.

Introspección: cinco años de un viaje fotográfico y personal.

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A lo largo de cinco años, nuestro camino artístico se ha transformado de maneras que nunca imaginamos. Lo que empezó como un refugio para el bienestar físico y mental, rápidamente se convirtió en el despertar de un profundo amor por la fotografía.

De un teléfono móvil al cosmos

Las primeras luces del amanecer en el Parque Sinaloa, capturadas a través de la sencilla lente de un teléfono móvil, marcaron el inicio de esta aventura. Las primeras fotografías eran reflejos urbanos de Los Mochis, momentos cotidianos envueltos en una nueva luz que poco a poco nos llevaron a adentrarnos en el arte de la fotografía de paisaje.

La larga exposición se convirtió en nuestro pincel y la noche en nuestro lienzo. Así dimos vida a la danza silenciosa de las estrellas en la astrofotografía. A medida que adquirimos equipo más sofisticado, nuestra visión creativa se amplió, empujándonos hacia horizontes que una vez parecieron inalcanzables.

Una carta de amor a nuestra tierra

Cada captura de este viaje está atada emocionalmente a las etapas de nuestra vida. Han sido años de una profunda educación, de aprender a leer la luz, a narrar historias sin palabras y a buscar la belleza oculta en lo aparentemente cotidiano.

Eden Dusk, nacido de la necesidad y alimentado por la curiosidad, se ha convertido en nuestra carta de amor a la vida y a la tierra que nos ha visto crecer. A cinco años de iniciar este viaje, sabemos que estas experiencias no son más que el comienzo de una nueva fase de exploración y descubrimiento.

Eden Dusk
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Fotógrafo con trípode junto a un estanque con fuente, rodeado de palmeras altas y luminarias encendidas; cielo nocturno, toma a ras de suelo.

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A lo largo de cinco años, nuestro camino artístico se ha transformado de maneras que nunca imaginamos. Lo que empezó como un refugio para el bienestar físico y mental, rápidamente se convirtió en el despertar de un profundo amor por la fotografía.

De un teléfono móvil al cosmos

Las primeras luces del amanecer en el Parque Sinaloa, capturadas a través de la sencilla lente de un teléfono móvil, marcaron el inicio de esta aventura. Las primeras fotografías eran reflejos urbanos de Los Mochis, momentos cotidianos envueltos en una nueva luz que poco a poco nos llevaron a adentrarnos en el arte de la fotografía de paisaje.

La larga exposición se convirtió en nuestro pincel y la noche en nuestro lienzo. Así dimos vida a la danza silenciosa de las estrellas en la astrofotografía. A medida que adquirimos equipo más sofisticado, nuestra visión creativa se amplió, empujándonos hacia horizontes que una vez parecieron inalcanzables.

Una carta de amor a nuestra tierra

Cada captura de este viaje está atada emocionalmente a las etapas de nuestra vida. Han sido años de una profunda educación, de aprender a leer la luz, a narrar historias sin palabras y a buscar la belleza oculta en lo aparentemente cotidiano.

Eden Dusk, nacido de la necesidad y alimentado por la curiosidad, se ha convertido en nuestra carta de amor a la vida y a la tierra que nos ha visto crecer. A cinco años de iniciar este viaje, sabemos que estas experiencias no son más que el comienzo de una nueva fase de exploración y descubrimiento.

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