En septiembre de 2019, apuntamos nuestra cámara hacia El Maviri, pero no para capturar el lugar de esparcimiento que todos conocemos. Buscábamos la isla que ha existido mucho antes que nosotros, un hogar para incontables especies y un escenario natural excepcional, ahora oculto por nuestra propia huella.

Imaginar un mundo sin nuestra huella

Te invitamos a hacer un ejercicio. Cierra los ojos e imagina por un momento estar en las playas de El Maviri, en una noche previa a la llegada del ser humano. Sin carreteras, puentes, edificios ni luz artificial. Ahora, abre los ojos, ¿puedes ver las estrellas?

La tecnología nos ha dado avances significativos, pero a cambio, estamos pagando un precio alto: perdemos sensibilidad y empatía. Hay fenómenos que ya no podemos captar a simple vista, pero, ¿significa esto que no existen? Esta serie fotográfica es un intento de responder a esa pregunta.

La astrofotografía como un puente al asombro

Esta colección de imágenes es un testimonio visual que captura la esencia intemporal de El Maviri en su estado más puro, iluminado únicamente por la luz de las estrellas. Cada fotografía sirve como una ventana a un mundo donde la naturaleza gobierna y el cielo nocturno despliega su esplendor sin interferencias.

Más que solo paisajes, estas fotografías son una exploración del cosmos visible, mostrando la Vía Láctea como un testimonio de nuestra pequeña presencia en el universo. Este trabajo es un llamado a la consciencia, un recordatorio de que la astrofotografía puede expandir los límites de nuestra visión, permitiéndonos recuperar esa sensación de asombro inicial al revelar la belleza que suele estar oculta a la vista.