En julio de 2020, nos sumergimos en el ritmo de Topolobampo para crear un time-lapse que captura su ciclo completo. Desde la calma de la noche hasta el vibrante atardecer, este recorrido visual, compuesto por más de diez mil fotografías, revela la belleza inmutable y la constante renovación de la vida en el puerto.

La noche y el despertar del puerto

Comenzamos en la calma de la noche. Las primeras imágenes nos reciben con la señalización de bienvenida, iluminada por la luna asomándose entre las nubes. La noche está viva: las luces del puerto parpadean como estrellas terrestres, la estatua de la sirena vigila el malecón y el barco Baja Ferries exhala vapor, recordándonos el pulso industrial y turístico que nunca se detiene.

Al amanecer, la escena se transforma. Los botes amarrados flotan serenamente en el agua calmada, reflejando el cielo azul y las nubes. La iglesia blanca se destaca contra el cielo iluminado, un símbolo de fe y tradición en medio de la vida marítima.

El cierre de un ciclo

El video finaliza en el crepúsculo, con la luz del sol desvaneciéndose en el horizonte. Los barcos encallados en la orilla se convierten en figuras melancólicas bajo el sol poniente, mientras la vida en el puerto comienza a ralentizarse.

El ciclo del día se completa, pero este time-lapse captura eternamente la vida perpetua del puerto. Es un testimonio de la belleza de Topolobampo, desde su noche tranquila y su vibrante amanecer, hasta la calma de su atardecer.