En julio de 2020, nos enfrentamos a uno de nuestros mayores desafíos técnicos y físicos para crear una narración visual de la isla El Maviri. Este time-lapse, que viaja del atardecer a la profundidad de la noche, es un testimonio de la perseverancia que se requiere para capturar la belleza del cosmos.

Un lienzo de atardecer y estrellas

La secuencia inicia con la luz del atardecer bañando la isla en tonos cálidos, capturando la tranquilidad de la tarde. Conforme el sol se oculta, los colores del cielo cambian y la oscuridad da paso a las primeras estrellas, marcando la transición hacia la noche.

El objetivo era capturar la Vía Láctea extendiéndose a través del firmamento. Sin embargo, nos enfrentamos a la contaminación lumínica, el calor extremo, los mosquitos y un clima impredecible que trajo vientos fuertes, nubes y llovizna.

La técnica y la determinación ante la adversidad

La contaminación lumínica dificultaba la captura de larga exposición. Para solucionarlo, utilizamos filtros degradados de densidad neutra, una técnica que nos permitió reducir la luz artificial y dejar que la Vía Láctea brillara con toda su majestuosidad.

A pesar de todos los desafíos, perseveramos. Esta experiencia se convirtió en la prueba de que, con determinación y amor por lo que hacemos, los obstáculos pueden superarse para crear obras de arte que celebren la belleza de nuestro entorno.