Esta serie fotográfica documenta el resurgimiento del panteón de Terahuito, un camposanto olvidado que emergió de la presa de Bacurato debido a la severa sequía en Sinaloa. Cada imagen es una elegía visual que narra una historia de pérdida, memoria y la profunda huella que dejamos en el paisaje.

El crepúsculo sobre una tierra agrietada

Las primeras fotografías de la serie capturan los últimos destellos del día. La luz dorada del atardecer se refleja en las aguas restantes y envuelve el paisaje en una calidez que contrasta con la desolación. Las sombras de los árboles muertos se alargan sobre la tierra resquebrajada, mientras las tumbas emergentes parecen absorber cada rayo de sol, marcando el inicio de una noche de reflexión.

Un cementerio bajo la Vía Láctea

A medida que la noche avanza, el cielo se transforma en un tapiz de luces. La Vía Láctea se arquea sobre el horizonte, ofreciendo una escala cósmica que pone en perspectiva la existencia humana. Bajo la inmensidad del universo, las tumbas de Terahuito se presentan como testigos silenciosos de las historias y las vidas ligadas a esta tierra, ahora expuesta por la falta de agua.

El amanecer de la conciencia

La serie concluye con la suave luz del alba. El sol naciente ilumina las cruces y las lápidas, simbolizando la esperanza y la continuidad frente a la adversidad. Este trabajo no es solo el registro de un evento ambiental; es un llamado a la conciencia sobre la necesidad de cuidar nuestros recursos y recordar a las comunidades cuyo legado está íntimamente ligado al paisaje que habitamos.