En enero de 2020, una noche de acampada en la playa se transformó en una representación de las experiencias y emociones compartidas en familia. Esta fotografía captura un refugio acogedor bajo un vasto cielo estrellado, un momento de conexión íntima con la naturaleza y el cosmos.

La idea que transformó la escena

La creación de esta imagen fue un acto de colaboración familiar. La idea inicial era simple: una tienda de campaña solitaria bajo el vasto cielo nocturno, con solo el resplandor suave de una luz interna. Sin embargo, la magia de la fotografía tomó una nueva dimensión gracias a la creatividad de nuestro hijo, León.

Él propuso no solo capturar la tienda, sino también la silueta de un observador, creando una poderosa imagen de la conexión humana con el universo. Su figura se recortaría contra la tela iluminada, creando la ilusión de que estaba asomándose para contemplar una noche llena de estrellas. Fue un momento perfecto: un niño y el cielo.

Un refugio en la inmensidad

La luz cálida que emana de la tienda contrasta con la fría luz de la noche, creando un refugio acogedor en un entorno tranquilo y aislado. Las huellas en la arena y la quietud del agua añaden capas de historia y movimiento a la escena, sugiriendo la presencia humana y la interacción con el entorno.

Esta fotografía es la representación de un recuerdo que perdurará tanto como las estrellas mismas. Un momento de unión, aventura y descubrimiento vivido en familia, a la orilla del mar y bajo la inmensidad del cosmos.