En una charla reciente con el pódcast “Mochis RetroActivo”, tuvimos la oportunidad de compartir una perspectiva más personal sobre nuestro proyecto. Conversamos sobre los inicios de Eden Dusk, los desafíos que hemos enfrentado y la filosofía que guía nuestro trabajo más allá de cada fotografía.

De la terapia a la vocación artística

Recordamos cómo la fotografía resurgió en nuestra vida como una forma de aliviar el estrés. Lo que comenzó como una actividad terapéutica durante caminatas matutinas en el Parque Sinaloa, pronto se transformó en una aventura creativa. Con el tiempo, la transición de un teléfono móvil a equipo profesional marcó un punto de inflexión, permitiéndonos explorar con mayor profundidad la belleza de nuestro entorno.

Un proyecto familiar y autofinanciado

Subrayamos el papel crucial de la familia en este viaje; cada imagen es un recuerdo compartido y un reflejo de una verdadera colaboración en equipo. También hablamos con honestidad sobre los desafíos de operar sin respaldo institucional. A pesar de que nuestro trabajo a menudo promueve la riqueza de Sinaloa, el proyecto se mantiene autofinanciado, lo que nos obliga a tomar pausas por cuestiones económicas.

La integridad del arte como prioridad

Aunque nos gustaría vivir de la fotografía, nuestra prioridad siempre ha sido mantener la calidad y la integridad de nuestro arte. Exploramos maneras de hacer el proyecto sostenible sin comprometer sus valores estéticos y personales. Al final, el enfoque se mantiene en el valor personal y familiar de nuestro trabajo, más allá de la validación externa o el beneficio económico.