Hay una ciudad que solo despierta cuando el resto duerme. En julio de 2017, nos adentramos en la noche de Los Mochis para capturar su esencia más secreta, un momento en que los lugares y edificios que todos conocemos cuentan una historia diferente, libre del bullicio del día.

La belleza que se revela en la oscuridad

Cuando los autos y las personas se retiran, los sentidos se agudizan. El entorno se convierte en el protagonista y revela su belleza oculta. Inspirados por las palabras de Brassaï —“La noche sugiere, no enseña”—, salimos a documentar esa transformación.

Con solo un teléfono y un trípode, utilizamos la fotografía nocturna y de larga exposición para plasmar los contornos, las texturas y las luces que se escapan al ojo durante el día. En la quietud, las estructuras inanimadas parecen cobrar vida, convirtiéndose en los verdaderos sujetos de cada captura.

“La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón.”

De la pérdida a una nueva oportunidad

En febrero de 2018, un fallo técnico nos hizo perder el respaldo principal de esta serie, junto con las del Parque Sinaloa y la de Fuentes y Monumentos. Fue un golpe duro, pero también una oportunidad. Tuvimos que comenzar de nuevo a documentar todas las tomas perdidas.

Esta vez, sin embargo, aprovechamos la experiencia adquirida. Implementamos el uso de accesorios como trípodes más robustos, disparadores a distancia y lámparas de mano que nos ayudaron a mejorar significativamente la calidad de las nuevas fotografías. A veces, para ver de nuevo, primero hay que perderlo todo.